No estás aquí para luchar por la grandeza de España. Siendo sincero, nunca fuiste demasiado patriota: escuchabas música americana, leías a autores alemanes, hasta preferías la tortilla francesa a la española.
No estás aquí para defender la civilización cristiana. Siempre has sido ateo convencido y nunca te gustó ir a misa.
No estás aquí porque te sientas alienado por la sociedad industrial. Al contrario, las mejores amistades que has hecho han sido por internet.
No estás aquí porque quieres recuperar un modo de vida más sencillo, fuera de las ciudades. La vida de pueblo, las fiestas, canciones y danzas populares te hacen sentir miserable. Prefieres estar rodeados de rascacielos.
No estás aquí para "tomar las riendas de tu vida" y "empezar a ser un hombre de verdad". No te interesan los cursos de auto-ayuda.
No, no estás aquí por esas tonterías.
La razón por la que estás aquí es porque las feministas no te dejaron jugar a videojuegos en paz.